Los científicos recomiendan escuchar canciones con un tempo determinado

¿La música ayuda a realizar ejercicio?

La música puede educar al cerebro a culminar el objetivo establecido en un principio, es por eso, que los deportistas prefieren realizar sus actividades escuchando música.  La melodía y el ritmo acelerado ayudan al organismo a cumplir sus funciones correctamente, haciendo olvidar el cansancio del cuerpo por los duros entrenamientos. La música es el mejor aliado del deportista

Matthew Stork, investigador de la Universidad de Columbia Británica ha observado que una lista de canciones seleccionadas por sus cualidades motivacionales y su alto tiempo (ritmo) ayuda a completar el entrenamiento, sobre todo entre las personas que no son muy activas físicamente. 

La música como un elemento disociativo.

La música ayuda a evadirse del esfuerzo y el dolor durante el entrenamiento. Stork afirma que “hasta el día de hoy se pensaba que solo tenía efecto práctico en entrenamientos de baja intensidad, a un 85% de la capacidad aeróbica”. Sin embargo, con música muy motivadora y un ritmo acelerado, la capacidad disociativa se multiplica incluso en entrenamientos de alta intensidad”. O sea, subir el ritmo puede motivar a hacer ejercicio a personas físicamente poco activas y hacer más llevaderos los entrenamientos más duros.

Subir de 130 pulsos por minuto es la clave.

Después de hacer un experimento en el que participaron 24 personas, se llegó a la conclusión que las personas que escuchan música, a diferencia del resto, declararon haber tenido muy buenas sensaciones y sus frecuencias cardiacas fueron superiores a los del resto. Existe un fenómeno conocido como “arrastre” o “inducción” por el que los seres humanos tenemos la tendencia de sincronizar nuestros ritmos biológicos con los de la música que escuchamos.

Según, la Universidad Memorial de Newfoundland, en Canadá, la música de 130 pulsos por minutos, puede prolongar los ejercicios de alta intensidad. Además, la recuperación de la frecuencia cardiaca a niveles de reposo se alcanza mucho antes cuando uno entrena escuchando música. La música, además, de actuar como energía durante el ejercicio, sino que además actúa como relajante después del ejercicio.

¿La música, para qué sirve?

“La música facilita la concentración del deportista, eleva la moral, dispara una serie de emociones, altera el estado de ánimo, evoca recuerdos, incrementa el esfuerzo, aumenta la emoción, induce estados de mayor actividad, reduce la inhibición, provoca movimientos rítmicos sincronizados con la canción y mejora la ejecución de la técnica” explica el investigador de la Universidad de Brunel, en Londres, Costas Karageorghis.

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